ACENTOS PERDIDOS. Activismo lingüístico en las calles


Por Pablo Zulaica, creador de www.acentosperdidos.com
Seguro que se les ocurren numerosas formas de dividir al mundo en dos. Yo voy a darles otra: los que cuidan la lengua y los que no. O, para ser sutil, los que escriben con acentos y los que no.
 Fascímil de la edición impresa de hoy en El Tiempo.
25 de octubre del 2009
Los que escribimos con acentos hemos formado un movimiento internacional que tuve el honor de comenzar formalmente. Pegamos tildes con su norma impresa en aquellos letreros urbanos donde alguien las olvidó. ¿Locos? En menos de tres meses se ha probado que éramos muchos los insatisfechos con el mal uso de nuestra lengua: ya abrimos once blogs en otros tantos países de Iberoamérica (el general llegó a los cien mil clics). Y eso, sin mencionar a los participantes del concurso de este diario.

Ahora bien; ¿por qué usar tildes? Si quiere comunicarse a nivel básico, le entenderán de cualquier manera. Pero si mira o escucha poesía, teatro, cine, chistes, metal ¡o reggaeton!, seguramente tendrá sensibilidad para apreciar la lengua. El acento es otro elemento más que ayuda a comprender mensajes y que da identidad a nuestra lengua.

Fíjese. ¿Cuánto tiempo pasa arreglándose frente al espejo o viendo qué llevar? Eso determina la impresión que causa a primera vista. Sin embargo, ¿por qué no poner atención a cómo habla o escribe? La moda habla de nosotros por fuera; la lengua y cómo la usamos, de nuestra forma de ser, de nuestro carácter, actitud, e incluso inteligencia. Se puede decir que “eres lo que escribes”. Cuando menos, expresarte bien te dará puntos en una entrevista de trabajo o para seducir a tu pareja.

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